El Reino Unido está experimentando una agitación política que se suma a una situación económica ya complicada (Coface prevé una contracción del 1% en el PIB del Reino Unido en 2023).
Una renuncia sorpresiva
La reciente y sorpresiva renuncia de la Primera Ministra de Escocia se suma a las discusiones lideradas por el Primer Ministro del Reino Unido sobre el futuro del Protocolo de Irlanda del Norte, el acuerdo comercial que actualmente significa que Irlanda del Norte sigue siendo parte del mercado único de la Unión Europea (UE).
Las tensiones en torno al Protocolo de Irlanda del Norte ya habían provocado elecciones parlamentarias en Irlanda del Norte en mayo de 2022, tras la renuncia del entonces Primer Ministro Paul Givan, del Partido Unionista Democrático (DUP). Las elecciones resultaron en que Sinn Féin, un partido de izquierda que apoya la unificación irlandesa, se convirtiera en el partido más grande en Irlanda del Norte. Desde entonces, el DUP ha boicoteado la Asamblea, desactivando el autogobierno de Irlanda del Norte.
Rishi Sunak, el Primer Ministro del Reino Unido, ha puesto la resolución del Protocolo de Irlanda del Norte en la cima de sus prioridades políticas, como lo demuestra su reciente viaje a Irlanda del Norte.
En Escocia, la Primera Ministra pro-independencia Nicola Sturgeon (del Partido Nacional Escocés, SNP) ha estado bajo considerable presión política en los últimos meses, especialmente después de que el Tribunal Supremo del Reino Unido dictaminara que un referéndum sobre la independencia escocesa está fuera de las competencias del Parlamento escocés, lo que significa que necesitaría un acuerdo con el Parlamento del Reino Unido. Esta presión, combinada con otras dificultades políticas, la llevó a decidir renunciar. Se llevará a cabo una elección interna para elegir a su sucesor en marzo de 2023.
Las incertidumbres políticas podrían beneficiar a la unidad del reino
Aunque se ha observado que el nacionalismo (independencia escocesa y unificación irlandesa) ha ido creciendo en el Reino Unido tras el Brexit, las encuestas siguen mostrando que Escocia permanece dividida sobre el tema, y que Irlanda del Norte todavía prefiere seguir siendo parte del Reino Unido. Sin una clara mayoría, es poco probable que se realicen referendos a corto plazo. Los eventos recientes podrían ayudar a cambiar el equilibrio y debilitar las tendencias nacionalistas: un Protocolo de Irlanda del Norte reformado podría ser más aceptable para ambos campos políticos en Irlanda del Norte. La llegada de un nuevo líder del SNP en Escocia también podría ayudar a romper el estancamiento político. Los actuales favoritos, Kate Forbes y Humza Yousaf, tienen una postura mesurada sobre la independencia y no parecen apoyar la idea de un referéndum de facto.
Con Ursula von der Leyen y Rishi Sunak discutiendo el Protocolo este 27 de febrero, se cree que el progreso avanza rápidamente y, de manera simbólica, podría resolverse antes del 7 de abril, Viernes Santo. En unos meses, el Reino Unido podría encontrarse más unido que un año antes, aunque no sin riesgos, ya que se necesitarán concesiones de todas las partes: DUP, conservadores euroescépticos y el nuevo líder del SNP, para aliviar adecuadamente las tensiones políticas a largo plazo.